Cambio de puesto de trabajo por enfermedad común

El cambio de puesto de trabajo por enfermedad común es un derecho que tienen los trabajadores en situación de enfermedad o lesión no laboral que les impide desempeñar sus funciones habituales. Este derecho se encuentra establecido en el artículo 43.4 del Estatuto de los Trabajadores.

Para poder acceder a este derecho, es necesario que el trabajador presente un informe médico que acredite que no puede realizar las funciones propias de su puesto de trabajo por motivos de salud. Este informe será valorado por la empresa, quien deberá buscar otro puesto de trabajo que se adapte a las capacidades del trabajador.

Es importante destacar que el cambio de puesto de trabajo por enfermedad común no supone una reducción salarial ni una modificación del contrato laboral. El trabajador seguirá manteniendo las mismas condiciones laborales que tenía antes de la enfermedad o lesión.

En caso de que la empresa no pueda ofrecer un puesto de trabajo adecuado para el trabajador, este tendrá derecho a una incapacidad temporal y a percibir la correspondiente prestación económica por parte de la Seguridad Social.

Solicitud de cambio de puesto de trabajo por enfermedad.

Si te encuentras en una situación en la que tienes una enfermedad común que te impide continuar desempeñando tus funciones habituales en tu puesto de trabajo, es posible que desees solicitar un cambio de puesto de trabajo. A continuación, se detallan los pasos que debes seguir para hacerlo:

1. Consulta con tu médico

Lo primero que debes hacer es consultar con tu médico para que te proporcione un diagnóstico de tu enfermedad y determine si es necesario el cambio de puesto de trabajo. Si tu médico considera que es necesario, deberá proporcionarte un informe médico que lo avale.

2. Informa a tu empleador

Una vez que tengas el informe médico, debes informar a tu empleador de la situación y presentar el informe médico como prueba. Es importante que lo hagas por escrito y que lo entregues en mano o lo envíes por correo certificado para que quede constancia de la fecha de entrega y recepción.

3. Espera la respuesta de tu empleador

Tu empleador deberá evaluar tu solicitud y el informe médico y tomar una decisión sobre si te cambia de puesto de trabajo o no. Si tu solicitud es aceptada, tu empleador te informará del nuevo puesto de trabajo que te ha sido asignado y la fecha a partir de la cual debes empezar a trabajar en él.

4. Si tu solicitud es rechazada

Si tu empleador rechaza tu solicitud, debes pedir una explicación por escrito de los motivos por los cuales ha sido rechazada. Si no estás de acuerdo con los motivos, puedes solicitar una revisión interna de la decisión o presentar una queja formal.

Rechazo de cambio de trabajo, ¿consecuencias?

Hablemos sobre las consecuencias que puede tener el rechazo de un cambio de trabajo por motivos de enfermedad común.

En primer lugar, es importante destacar que la negativa del empleador a conceder un cambio de puesto de trabajo puede tener implicaciones negativas para la salud del trabajador. Si el empleado continúa realizando sus labores habituales, podría empeorar su estado de salud, lo que podría afectar a su productividad y, en última instancia, a su capacidad para seguir trabajando.

Además, el rechazo del cambio de trabajo también puede tener consecuencias legales. Si el empleado puede demostrar que su negativa a cambiar de puesto de trabajo está relacionada con su estado de salud, y que su empleador no ha tomado medidas razonables para acomodar su situación, podría presentar una demanda por discriminación por discapacidad.

Por otro lado, si el empleador rechaza el cambio de trabajo por motivos infundados o sin una justificación razonable, podría enfrentarse a una demanda por incumplimiento de contrato o por violación de derechos laborales.

Consejo final: Si estás considerando un cambio de puesto de trabajo debido a una enfermedad común, es importante que hables con tu empleador y tu médico para discutir tus opciones. Asegúrate de conocer tus derechos y responsabilidades en relación con la legislación laboral y la política de la empresa sobre enfermedades y discapacidades. También es fundamental que tengas una actitud proactiva en la gestión de tu salud, manteniendo una comunicación abierta con tu empleador y buscando apoyo de recursos externos si es necesario.